En un aula abandonada (libre)

Habían pasado unas semanas, estábamos en noviembre y mi padre tras enterarse me quería operar e incluso me llevó a un internado. Luego salí de ahí. Cada vez me quedaba menos tiempo. Dentro de nada era diciembre y luego llegaría la primavera. Estaba desesperado, en una fiesta de Samantha fui para que me quitara el conjuro pero otra vez me dijo que tenía que encontrar a alguien que me quisiera cómo yo era. Pensaba en Scarlett, ella era siempre la que más me miraba.

Estaba estudiando en el aula cuando vi a un chico feo de cara mutilada. Enseguida me acordé de Jonathan porque se había ido sin dejar rastro. Me acerqué al chico.

-Me llamo Scarlett Robinson, ¿te conozco? Me suenas.

Me giré y vi a Scarlett, no podía decirle que era Jonathan. Ahora que era tal y cómo lo fui en mi interior me daba vergüenza. Suspiré y me pensé que nombre eligiría.

- Me llamo Hunter Killingson. - le dije sonriendo un poco -.

-Hunter Killingsonm ¿eh? -enarqué una ceja, lo había reconocido tras ver la película- Soy bastante fuerte y lista para reconocerte. Sé quien eres. -sonreí- Es injusto lo que te hicieron.

Tragué saliva y la miré. Me había reconocido, me moría de vergüenza de que me viera así.

- No sé de que me hablas. No soy quien crees. - le dije alejándome de ella y me coloqué una capucha -.

-Sé que eres John, he visto la película Beastley, te ha pasado lo mismo. -le dije divertida- Posiblemente las palabras "te quiero" te libren del conjuro. Pero te lo tienes que ganar.

- No sé que hacer. - le dije algo desesperado y me fui a sentarme -.

Le acaricié la mejilla y sonreí. -Tranquilo, todo saldrá bien. -le dije, John siempre había sido especial para mi y me daba igual que aspecto tuviese ahora.

- Pero, Scarlett, quien me podrá amar de esta forma. Ahora entiendo por lo que pasaron la gente a quien humillé. Entiendo sus sentimientos. Si pudiera retroceder, lo hubiese cambiado todo.

-Samantha te ha querido dar una lección, sé que tienes una linda personalidad que ahora debe salir a flote. -le sugerí, lo amaba pero aún no se lo diría: no era el momento adecuado.

- No sé por donde empezar, solo sé que fui un idiota con vosotros... un gilipollas profundo. - le dije levantándome de nuevo y caminando hacia la ventana -. Tenían razón, solo les he importado a mis fans por el físico, no por cómo era... ahora me doy cuenta. Tengo que encontrar a alguien que me quiera por cómo soy.

-Puedes tenerlo más cerca de lo que crees. -le dije en un susurro inaudible- Tal vez en esta sala.

- No sé yo... - murmuré y luego escuché lo que dijo lo cual me hizo tener esperanza. Agarré una flor y se la di -. Me tengo que ir.

Sonreí por el lindo gesto y luego asentía mientras olía la flor.

- Nos vemos. - le dije y me fui de ahí -.